La base de un contenido de calidad siempre es un texto bien trabajado, esto es, un texto:
- diseñado para ser útil y aportar valor a nuestra audiencia;
- original y creativo;
- adaptado a cada medio y a cada género;
- integrado en un ecosistema de contenidos de calidad;
- accesible, y
- opcionalmente, ilustrado y enriquecido con elementos visuales, sonoros, audiovisuales u otros recursos.
En textinnova siempre hemos defendido la importancia de crear contenido de calidad pensado y escrito para los usuarios y no para los buscadores, y celebramos que ahora Google también comparta este criterio. En este post te contamos cómo crear contenidos así a partir de un buen texto.
De la idea al texto y del texto al contenido de calidad
¿Qué contenido?
En el origen de la creación de contenido está la idea, una idea original que se expresa con palabras. Es la respuesta a la pregunta de qué contenido vamos a crear.
En un primer momento, basta con anotar la idea con una formulación sencilla. Por ejemplo:
- Tres consejos de experto para crear tu set de grabación de vídeo.
- Proyecto de reforma de interiores: el antes y el después.
- Hallazgo musical: te descubrimos a una gran cantante de soul desconocida.
A veces la idea puede tardar en llegar. Probablemente surgirá mientras estás haciendo otra cosa. También puedes buscarla activamente de forma metódica.
Sin duda, lo mejor es escribir sobre las cosas que haces, sobre el campo que dominas de una manera profesional.
¿Para quién?
Tal vez sea esta una de las preguntas más difíciles de resolver. ¿A quién quieres dirigir tus contenidos? En un primer momento, es normal escribir sin pensar en un perfil específico de destinatario. Sin embargo, es necesario acotar.
Entre otras cosas, el contenido que elaboremos solo será útil para determinadas personas. No podemos escribir a gusto de todos. ¿A quién queremos llegar? ¿A quién puede interesarle nuestro campo de especialidad?
Si escribes un blog corporativo, querrás llegar sobre todo a tus clientes, pero estos pueden abarcar un amplio espectro. Y puede que no se interesen a priori por el contenido que tú les expongas.
En concreto, necesitas pensar cuál es la persona para la que pueden ser más útiles tus conocimientos. Dentro de una empresa, ¿será el jefe de compras? ¿Será el director de recursos humanos? ¿Será la directora general?
Del mismo modo, si abarcas distintas categorías de contenido, tendrás que repetir el análisis con cada una de ellas.
Vale la pena pararse a pensar en esta cuestión para que el contenido esté bien enfocado. Aun así, puede aparecer un público inesperado que encuentre interés en tus contenidos, y puede que tus destinatarios iniciales tarden en encontrarte.
Con todo, un buen contenido siempre estará ahí y, a la larga, hará que tu sitio destaque sobre otros de tu competencia.
¿Dónde se va a publicar?
El medio y el formato de la publicación condicionan el enfoque que vamos a dar al contenido. Por eso hay que plantearse esta pregunta antes de empezar a escribir.
En realidad, una misma idea puede (y a veces debe) desarrollarse para distintos formatos. Por ejemplo, puedes escribir primero un post de blog y después grabar un vídeo o tratar el mismo tema en un pódcast desde otra perspectiva.
Básicamente tendrás que decidir dos cosas:
- Qué soporte: escrito, sonoro o audiovisual.
- En qué medio: blog, red social, plataforma de vídeo o de pódcast, periódico, revista, librería digital…
¿Qué tipo de publicación?
La elección del medio y el formato van de la mano de otra decisión fundamental sobre el contenido que vas a crear:
- Qué género: post literario, vídeo de consejos, artículo de opinión, pódcast informativo, newsletter comercial, ebook técnico… La tipología de géneros es muy extensa. Te hablaremos de ello en un futuro post.
- En qué registro: informal o formal, especializado o divulgativo. Aun dentro de un mismo género es posible crear contenido de distintos registros en función del público al que nos dirijamos. Así, no es lo mismo preparar un webinario que una charla para redes sociales.
¿Cómo crear contenido de calidad a partir de la idea?
Una vez respondidas las anteriores preguntas, llega la parte más complicada del proceso: la elaboración del contenido. Y consta de cuatro fases:
1. Documentación: investigación, búsqueda de datos y fuentes
Tómate tu tiempo para leer y ampliar tus conocimientos sobre el tema que quieres tratar. La etapa de investigación es una de las más bonitas y satisfactorias. Asegúrate de tomar notas de una manera ordenada para recuperar la información cuando la necesites.
2. Guion: un esquema de los puntos que se van a abordar
No te saltes nunca esta etapa. Consiste en pensar y escribir la estructura del tema: los puntos que quieres tratar y el enfoque que vas a darles. Dedica a este esquema el tiempo necesario para conseguir un contenido ordenado, completo y claro. A fin de cuentas, un contenido de calidad es una idea que se expresa con palabras estructuradas según un plan o guion.
3. Desarrollo: redacción del texto y desarrollo del guion
Consejo: elimina las distracciones cuando llegues a esta etapa. Pon el teléfono en modo concentración y prepárate para este sublime acto creativo. Ahora tendrás que desarrollar los puntos del esquema elaborado en la fase 2. Pero no es necesario hacerlo en orden. Puedes empezar por el que más te atraiga. Despliega tus estrategias de escritura y no olvides seguir una línea argumentativa, tal como te contamos en este post.
Ojo, si el texto es para un contenido sonoro o audiovisual —pódcast, vídeo, webinarios— el desarrollo del guion será diferente. Este guion contendrá, entre otras cosas, información sobre:
- qué personas van a intervenir;
- los puntos que se van a tratar;
- el punto de vista, el enfoque, el tono, el registro;
- la duración de cada punto y de cada intervención;
- acotaciones escénicas, es decir, indicaciones sobre cómo se pondrá en escena el guion.
4. Producción: maquetación, puesta en escena, grabación, edición, publicación
Dependiendo del medio y del soporte, el proceso de producción será uno u otro. Por ejemplo, si se trata de un post, tendrás que editar y maquetar el texto en html, añadir ilustraciones, detallar los metadatos y verificar que el texto se visualice bien en cualquier dispositivo.
En cambio, si el contenido es un vídeo o un pódcast, la producción requerirá una puesta en escena, una grabación y ciertos procesos de edición específicos antes de la publicación.
Un contenido de calidad es una idea que se expresa con palabras estructuradas según un plan o guion
¿Qué pasa si no hay texto detrás de un contenido audiovisual?
Si no hay un texto previo, el contenido carecerá de estructura y de planificación. Probablemente no nacerá con una vocación útil. Puede buscar el impacto del momento, pero será efímero y, en definitiva, irrelevante. En general, no tendrá una clara línea argumentativa y por ello resultará poco persuasivo.
¿Es posible un contenido de calidad improvisado?
Indudablemente, la improvisación puede tener calidad como performance, pero no está destinada a perpetuarse en el tiempo ni a producir un impacto a largo plazo. Un contenido improvisado puede ser ingenioso y divertido, como un chiste o una gracia que se olvida pronto. Puede ser muy creativo, como una jam session. Su valor principal radica en la inmediatez, en jugar con lo impredecible.
Es cierto que algunas redes sociales se alimentan de este tipo de contenido. No obstante, su utilidad es cuestionable si la improvisación es total. De todos modos, si buscas ese efecto de inmediatez, también puedes crear textos que parezcan un contenido improvisado.
Ecosistema de contenidos
Preferentemente, los textos deben ser flexibles y adaptables a distintos medios. De un mismo texto puede surgir todo un ecosistema de contenidos multimedia, que hará más rentable el esfuerzo inicial y aportará mayor valor y utilidad al usuario.
Tu sitio web y, principalmente, tu blog serán el centro y el polo de atracción de ese ecosistema. A partir del blog podrás generar piezas más pequeñas y dirigidas a distintos públicos y plataformas.
Crea contenidos renovables. Como todo ecosistema, en este hay que buscar la sostenibilidad y reaprovechar los recursos.
¿Se necesita un experto para crear contenido de calidad?
Sí, pero el experto o la experta puedes ser tú. Si escribes sobre los temas que conoces, está en tu mano crear contenido de calidad. ¿Tal vez necesitas ayuda en el proceso de creación de contenidos? ¿Te falta tiempo para escribir y publicar contenido? ¿Sabes qué contar pero no cómo hacerlo? Nos gustaría conocer tus impresiones sobre este tema. ¡Queremos ayudarte!
En un próximo post te daremos algunos consejos para pensar nuevas ideas y para elaborar un buen plan de contenidos.
© Marta Pino Moreno. Reservados todos los derechos
Ilustraciones: María Rodríguez López
Código de registro: 2210272509189
Fecha de registro: 27-oct-2022 12:26 UTC
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